Versión libre de la obra Der Biberpelz de Gerthart Hauptmann
Por Andrés Weiss, Stefanie Weiss y Luís Tavira.
Aunque la obra fue escrita en 1892, vemos reflejados ciertos factores sobre la devastación humana y social que también se dan en la actualidad, se cuestiona a su vez un sistema político-económico de corrupción, clasismo y militarismo.
La trama se desarrolla en un pequeño pueblo dominado por un gobierno que no está interesado por la pobreza de sus habitantes; donde el hambre está controlada gracias a leyes que impiden a los pobladores cazar, y que se ven inundados en una atmósfera de terror emprendida desde las instituciones de la monarquía comienzan una “caza” hacia aquellas personas que tuvieran una forma de pensar distinta, más democrática.
En este poblado, una familia vive con la ilusión de poder tener el dinero suficiente para ser propietarios del lugar en el que residen, la madre está angustiada por sacar a su familia adelante, teniendo como obstáculos no sólo la sociedad en la que están sino un esposo deprimido que no la apoya como ella quisiera, el fantasma de un hijo muerto, el cuidado de sus hijas, que al ser mujeres son más vulnerables, lo cual se nota cuando una de ellas es atacada (golpe e intento de abuso sexual) por su patrón, viéndose obligada a dejar la casa en donde trabaja, y por consiguiente el sueldo.
Teniendo la esperanza de poder liquidar inmediatamente su deuda, roba de la comisaría un abrigo de castor que habían dejado olvidado, se lo vende al comerciante del lugar y este hecho desata más adelante una tragedia en el lugar.
En resumen, la obra nos demuestra una situación actual cuestionando las instituciones, ya que se manejan con el discurso de que son impuestas por el Estado para mediar los conflictos que surgen de la sociedad, sin embargo la corrompe y la vulneran sobajando a las personas, comprobando lo que el hombre puede llegar hacer por sobrevivir ante la corrupción y el despotismo.
A pesar de que dura aprox. 4 horas, con una buena compañia, un vaso de agua o café, y los intermedios más que oportunos, el tiempo se pasa volando, así que realmente no hay excusas. Las actuaciones son extraordinarias, sobre todo Julieta Egurrola, quien interpreta a la señora Wolff, la protagonista de la obra.
Es sorprendente la escenografía que tienen, sobre todo una casa que gira por completo en el escenario, me hubiera gustado entrar y recorrerla, cual casa en el árbol como cuando eramos niños. Pero no es lo único que sorprende, también la comisaría y el puerto del poblado son para recalcar.
Actualmente está en el Centro Cultural Universitario, de jueves a domingo a las 18.00, jueves $30 no hay pretexto.
Aquí otra reseña.La trama se desarrolla en un pequeño pueblo dominado por un gobierno que no está interesado por la pobreza de sus habitantes; donde el hambre está controlada gracias a leyes que impiden a los pobladores cazar, y que se ven inundados en una atmósfera de terror emprendida desde las instituciones de la monarquía comienzan una “caza” hacia aquellas personas que tuvieran una forma de pensar distinta, más democrática.
En este poblado, una familia vive con la ilusión de poder tener el dinero suficiente para ser propietarios del lugar en el que residen, la madre está angustiada por sacar a su familia adelante, teniendo como obstáculos no sólo la sociedad en la que están sino un esposo deprimido que no la apoya como ella quisiera, el fantasma de un hijo muerto, el cuidado de sus hijas, que al ser mujeres son más vulnerables, lo cual se nota cuando una de ellas es atacada (golpe e intento de abuso sexual) por su patrón, viéndose obligada a dejar la casa en donde trabaja, y por consiguiente el sueldo.
Teniendo la esperanza de poder liquidar inmediatamente su deuda, roba de la comisaría un abrigo de castor que habían dejado olvidado, se lo vende al comerciante del lugar y este hecho desata más adelante una tragedia en el lugar.
En resumen, la obra nos demuestra una situación actual cuestionando las instituciones, ya que se manejan con el discurso de que son impuestas por el Estado para mediar los conflictos que surgen de la sociedad, sin embargo la corrompe y la vulneran sobajando a las personas, comprobando lo que el hombre puede llegar hacer por sobrevivir ante la corrupción y el despotismo.
A pesar de que dura aprox. 4 horas, con una buena compañia, un vaso de agua o café, y los intermedios más que oportunos, el tiempo se pasa volando, así que realmente no hay excusas. Las actuaciones son extraordinarias, sobre todo Julieta Egurrola, quien interpreta a la señora Wolff, la protagonista de la obra.
Es sorprendente la escenografía que tienen, sobre todo una casa que gira por completo en el escenario, me hubiera gustado entrar y recorrerla, cual casa en el árbol como cuando eramos niños. Pero no es lo único que sorprende, también la comisaría y el puerto del poblado son para recalcar.
Actualmente está en el Centro Cultural Universitario, de jueves a domingo a las 18.00, jueves $30 no hay pretexto.
Escrito por La Morenita, en cooperación con El que te dije.